top of page

Renovación de infraestructura TI en México: retos, soluciones y aprendizajes

¿Qué significa renovar hoy la infraestructura de TI en México?

La transformación digital ya no es un “proyecto bonito”; es el boleto de entrada para competir. En mi caso, lo que marcó la diferencia fue dejar de pensar en “comprar fierros” y pasar a gestionar capacidad, resiliencia y velocidad de cambio. Renovar es modernizar el stack (cómputo, red, almacenamiento, seguridad y observabilidad) sin detener la operación, con decisiones financieras inteligentes y una gobernanza que alinee TI con el negocio.


México agrega una capa propia: presupuestos ajustados, brechas de conectividad entre regiones y talento especializado limitado en áreas como nube, ciberseguridad, edge o IA. Cuando acompañé una renovación multisitio, descubrimos que el valor real venía de orquestar todo el ciclo de vida: inventario limpio, planes por fases, pilotos con rollback y métricas de ROI desde el día uno. Esa mentalidad —más que la marca del hardware— aceleró los resultados.


Retos reales: obsolescencia, presupuestos, talento y conectividad

Obsolescencia que encarece. Trabajar con equipos EOS/EOSL, hypervisores viejos o redes sin segmentación termina pasando factura. En mi experiencia, la obsolescencia puede empujar los costos operativos en torno al 40% entre fallas, consumos energéticos y parches manuales. No suena glamoroso, pero el primer gran ahorro llega cuando estandarizas y retiras.


Presupuestos y modelo financiero. Muchos proyectos mueren por intentar “todo a la vez”. Lo que me funcionó fue priorizar cargas críticas, mover lo no crítico a modelos OPEX (nube o leasing) y dejar el CAPEX para componentes con retorno claro (por ejemplo, storage con compresión/dedupe donde duele el TCO).


Talento y especialización. Formar especialistas toma tiempo. La salida pragmática que vi en campo fue mezclar capacitación interna con servicios administrados en picos (ciberseguridad 24/7, DR, respaldo inmutable). Así evitamos cuellos de botella y de paso elevamos el nivel del equipo.


Conectividad desigual. Modernizar en sitios con enlaces frágiles es otra liga. En un despliegue en estados con cobertura limitada, nos sirvió llevar lógica al borde (edge), cache local y jobs batch, además de SD-WAN para priorizar tráfico crítico y sobrevivir a latencias altas.


Soluciones pragmáticas: nube, HCI, leasing y TPM

Nube bien elegida, no por moda.

  • Para pymes con demandas variables, nube pública (con FinOps) me dio elasticidad y facturación predecible.

  • En sectores con datos sensibles, la híbrida nos permitió mantener control donde importa y usar pública para picos/analítica.

  • Privada tiene sentido cuando ya posees infraestructura y necesitas aislar cargas o cumplir regulaciones específicas.


HCI y virtualización sensata. Donde los racks estaban saturados o el 3-tier se volvía inmanejable, HCI simplificó operaciones y acortó el MTTR. Crucial: dimensionar IOPS real y no sólo CPU/RAM; y cuidar que el hipervisor y backup soporten recuperación granular e inmutable.


Leasing/arrendamiento para capear CAPEX. Cuando no había capital, el leasing nos permitió renovar endpoints y switches sin desfondar el presupuesto. La clave es comparar TCO (renta, mantenimiento, seguros, deducibilidad) y alinear plazos con el ciclo de vida.


TPM (Third-Party Maintenance) para equipos EOSL. Es el puente para estirar vida útil mientras migras. Lo usamos para servidores y storage críticos con SLA estrictos y repuestos locales, evitando gastos urgentes de reemplazo.


Renovación escalonada sin downtime. En una migración sensible, dividimos por dominios de impacto (core de negocio, soporte, analítica) y establecimos ventanas pequeñas, con pilotos y plan de rollback firmado por todas las áreas. Esto redujo riesgos y subió la confianza de dirección.


Cuándo elegir nube pública, privada o híbrida

  • Pública: variabilidad alta, go-to-market acelerado, servicios administrados de alto nivel (datos, IA).

  • Privada: cumplimiento estricto, cargas predecibles y altos volúmenes estables.

  • Híbrida: datos sensibles + analítica en la nube; escenarios de “bursting” y DR a costo contenido.


Renovación escalonada y “quick wins”

  • Empezar por observabilidad (logs, métricas, trazas): lo que no se ve, no se mejora.

  • Backups inmutables + pruebas de recuperación: seguro de vida antes de tocar producción.

  • Cambios de alto ROI energético (virtualización de workloads o refresh de equipos muy gastones).

  • Automatización de parches y hardening para reducir tareas repetitivas y errores humanos.


Gobernanza y seguridad sin fricción

La mejor estrategia se cae sin gobernanza. En mi experiencia, improvisar o depender de un solo proveedor dispara sobrecostos y retrasos. Lo que sí funciona:

  • Arquitectura de referencia clara (nombres, dominios, redes, políticas).

  • Catálogo de servicios TI con SLAs; cada carga sabe dónde vive y qué recibe.

  • Gestión de identidades (MFA, privilegios mínimos) y microsegmentación en red.

  • Cambios con CAB liviano: controles, pero ágiles.

  • Runbooks y simulacros: DRP practicado, no sólo escrito.


Continuidad y DRP: pruebas, roles y runbooks

Un DRP es real cuando lo pruebas. Practicamos “juegos de guerra” trimestrales: caída de site, ransomware simulado, restauración cronometrada. Medimos RTO/RPO y el MTTR para no engañarnos. Lo más valioso: ver a negocio y TI actuando en el mismo guion.


Sustentabilidad que ahorra: energía, e-waste y cumplimiento

Green IT no es postureo. En un data center con equipos viejos, sólo consolidar y renovar power supplies bajó la factura. Lo que me ha funcionado:

  • Consolidación/HCI para reducir huella.

  • Medición de consumo por rack y por workload.

  • ITAD responsable (borrado seguro, reciclaje certificado) para evitar riesgos de datos y multas.

  • Políticas de eficiencia energética y compra con criterios de consumo.


Además de reputación, esto da ahorros inmediatos y ayuda a cumplir normativa y auditorías.


Roadmap de 12 meses para modernizar paso a paso

Meses 0–2 | Diagnóstico y prioridadesInventario vivo (hardware, software, contratos), salud de cargas, dependencias y riesgos. Clasifica por criticidad y ventana de cambio. Define la línea base de métricas (downtime, consumo, tickets, tiempos de entrega).


Meses 3–4 | Pilotos y hardeningElige 1–2 cargas representativas. Activa observabilidad, backup inmutable y controles de seguridad mínimos. Corre piloto con plan de rollback. Ajusta sizing y costos reales (incluye salida de datos en nube si aplica).


Meses 5–8 | Escalamiento por oleadasMigra por oleadas donde obtengas mayor ROI por riesgo: primero lo que más duele al negocio. Introduce automatización (terraform/ansible, pipelines), SD-WAN si hay sitios remotos y gestión centralizada de parches.


Meses 9–12 | Operación, FinOps y DRCierra brechas de FinOps (etiquetado, apagado fuera de horario, reservas), evalúa TPM para lo que quede EOSL, y ejecuta un simulacro integral de DRP. Actualiza el catálogo de servicios, renegocia SLAs y contratos.


Métricas y ROI: cómo medir resultados sin autoengañarse

Lo que no se mide no mejora. Yo uso este paquete:

  • Disponibilidad y continuidad: downtime evitado (horas x costo/hora).

  • Energía: kWh antes vs. después (aplica a on-prem y edge).

  • Productividad: tiempo de provisión de entornos, tickets resueltos/mes, MTTR.

  • Velocidad de innovación: lead time de cambios, despliegues por semana, % automatizado.

  • Costo total: comparar TCO de “as-is” vs “to-be” (CAPEX+OPEX+soporte+licencias).


Un ejemplo simple que me funcionó con dirección:

  • Si tu downtime promedio era de 6 h/mes y bajó a 2 h/mes, y cada hora cuesta $100,000 MXN, ahorraste $400,000 MXN/mes. Súmale energía (p. ej., 15% menos consumo) y horas hombre liberadas por automatización. Ese es tu ROI tangible.


Elegir proveedores en México: soporte local, SLAs y costo total

Aprendí por las malas que el logo no resuelve todo. Mi checklist práctico:

  • Soporte local real (ingenieros y partes cerca, no sólo un 800).

  • SLA medible y penalizaciones claras.

  • Transparencia de costos (licencias, egress, mantenimiento, repuestos).

  • Escalabilidad y portabilidad (evitar bloqueos duros).

  • Experiencia regional: referencias en tu industria y en tu estado.

  • Capacitación incluida y transferencia de conocimiento.


En proyectos complejos, me ha servido sumar un integrador con enfoque híbrido —en nuestro caso trabajamos con aliados como TBS MEX— para aterrizar soluciones escalables a entornos con distinta madurez tecnológica sin romper el presupuesto.


Panorama regional y políticas públicas: dónde estamos y hacia dónde vamos

Comparándonos, México está a mitad de tabla en adopción: por encima de varios países de Centroamérica, pero detrás de Chile o Brasil en algunos frentes (nube avanzada, analítica). La oportunidad está en IA aplicada, edge e IoT para manufactura, retail y logística, siempre con estrategia y gobernanza.


Las políticas de conectividad han avanzado, pero aún hay zonas con brechas. Aquí cobran valor las alianzas público-privadas y el acceso a financiamiento para acelerar renovación, especialmente en pymes y gobiernos locales.


Conclusión y próximos pasos

Renovar infraestructura TI en México es un maratón táctico: priorizas, pilotas, escalas y mides. En mi experiencia, los grandes saltos llegaron cuando:

  1. Dejamos de “comprar por comprar” y pasamos a gestionar servicios.

  2. Alineamos finanzas (nube/leasing/TPM) con un roadmap realista.

  3. Instituimos gobernanza y DR probados, no sólo en papel.

  4. Medimos ROI con métricas que dirección entiende.


¿El siguiente paso? Levantar inventario, definir 3 quick wins y agendar un piloto con rollback. Si eso sale bien, el resto fluye.


FAQs

¿Cómo priorizar qué renovar primero sin detener la operación?Empieza por cargas críticas y “cuellos de botella” medibles (almacenamiento saturado, enlaces inestables). Asegura backups inmutables y una ventana de cambio corta con rollback.


¿Nube pública, privada o híbrida?Pública si necesitas elasticidad y servicios administrados; privada para cargas predecibles y cumplimiento; híbrida para mezclar control y flexibilidad.


¿Cómo mido el ROI real?Suma downtime evitado, energía reducida, horas hombre liberadas y aceleración de despliegues. Compáralo con el TCO anterior. Repite la medición cada trimestre.


¿Qué hacer con equipos EOSL sin explotar el CAPEX?TPM con SLA fuerte como puente, mientras migras por oleadas. Define fin de vida y plan de retiro (ITAD).


¿Leasing o compra?Leasing si priorizas OPEX y renovación frecuente; compra cuando el activo tiene vida útil larga y ROI claro. Evalúa impuestos y mantenimiento.


Renovación de infraestructura de Ti en México
Renovación de infraestructura de Ti en México


 
 
 

Comentarios


bottom of page